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A dos horas de casa, hay un cálido paraíso para ti… ¡reina!

12 enero, 2012

Ya, es un coñazo. Pasadas las Navidades, la gente sólo habla de rebajas y/o cuesta de enero, del largo invierno y de los interminables días que quedan hasta que llegue otro período vacacional. Sí, el invierno supone una época oscura y un tanto decadente. Pero no para nosotros.
¿Habéis pensado ya en el viaje para ir a esquiar o estáis pensando en el sol?
Yo soy más de lo segundo que de lo primero y, como el movimiento se demuestra andando (viajando en este caso), en las próximas entradas os propondré un destino de fin de semana para huir de los días grises y refugiarse bajo el sol. Y no, no hace falta irse al Caribe; a sólo dos horas de avión, y a muy buen precio, tienes paraísos cargados de luz y mar para afrontar estos meses con la energía que el invierno quiere robarte (no te dejes).

¿Quieres el primero?
Toma nota: Hammamet.
Vete a tu agencia de viajes y pilla un vuelo a Túnez, la capital, a sólo 60 km de este paraíso (un taxi te llevará desde el aeropuerto al hotel en Hammamet por menos de cinco euros). Una vez allí, abre bien los ojos y expande tu nariz –la ciudad huele a jazmín y playa–, tómate un té y disfruta. El lujo árabe se pone a tus pies: fina arena, el plácido Mediterráneo, un relajante hamman… o simplemente pasear por las calles de su medina, abrazada por el impresionante fuerte español del siglo xv que rodea este lugar, abstraída por los ecos de la mezquita y seducida por los mil aromas de su comida tradicional.

Además, a tiro de piedra tienes Sidi Bou Said, Soussa, Cartago… pero esto es harina de otro costal y lo reservaremos para viajes más largos. De momento, no hagas hueco en tu agenda: basta un fin de semana para recuperar alegría y luz… ¿o piensas caducar esperando en la cola de los probadores en el agobio de las rebajas?

Ya, sacúdete la pereza y empieza a mirar hoteles. Quítate el mal rollo mojando tus pies en las claras aguas tunecinas y déjate envolver por el atractivo del mundo árabe. A dos horas de casa, hay un cálido paraíso para ti… ¡reina!